¿Por qué?
En el mundo donde vivimos, la propuesta alimentaria está cada vez más alejada al alimento de verdad. Por eso queremos plantar nuestra salud, una bandera frente a una industria cuyo foco se ha desplazado únicamente a la rentabilidad económica.
La alimentación es un derecho, y somos lo que comemos. Aplicar la soberanía alimentaria es entender lo valioso que es el trayecto entre la semilla y la panza.